De esa pared es la foto que os traigo hoy. Como decía, una de mis clásicos del blanco y negro, que decora alguna de mis paredes. He estado buscando si había hablado de ella anteriormente, y veo que no, a pesar de estar en la galería de fotos del blog y de haber sido la foto de los carteles, tanto de mi primera exposición en solitario, como de la que realicé en el espacio Basilios, en la Universidad de Alcalá.
La foto tiene cierto tiempo (es del 2012), y está hecha con una cámara de bolsillo que durante muchos años he llevado siempre encima: una canon s95. Debo reconocer que al escribir el post me he sorprendido de no haber repetido nunca la foto con una cámara con mejor sensor y algo más de calidad, pero el caso es que no lo he necesitado. la Canon S95 es una pequeña maravilla que te permite guardar el archivo RAW, y aunque por el sensor, es difícil subir más allá de ISO 800, te saca de un apuro y, al caber perfectamente en un bolsillo, te la puedes llevar a cualquier parte. Pasa completamente desapercibida, y es con la que me inicié en el mundo de la fotografía callejera.
Los datos técnicos son: f/5.6, velocidad 1/250 e ISO 100. El objetivo estaba en 6,85mm, que para ese tamaño de sensor, es un equivalente a 32mm.