de lo que fue Santiago ensangrentada
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.
Parece mentira pero ha pasado otra semana, y en este caso, mucho más rápida que la anterior. Resulta que he tenido que salir de viaje, por motivos de trabajo, y estoy bastante lejos de casa… El caso es que a la complejidad de tener que hacer una foto diaria, de lo que sea, el día que salía de viaje se me ocurrió dar una pista de la ciudad a la que iba, poniendo el primer verso de la canción de Pablo Milanes que sirve de título para este post, y cuya primera estrofa os habéis encontrado al principio.
El caso es que después de hacerlo, pensé, ¿Porqué no tratar de buscar una foto que tenga que ver con cada uno de los otros tres versos? (como si no fuera a ser difícil dedicar la media hora libre de cada día a hacer una foto decente…). Ni corto ni perezoso, me puse a la tarea, tratando de garantizar una foto diaria “razonable”, y continuar con este tema autoimpuesto.
Para el segundo verso comencé a pasear por la plaza de la moneda, en la que hay una bandera enorme, como la que tenemos en Madrid en la plaza de Colón. Hice unas fotos a la bandera, al paseo de la alameda… y llegue a la puerta del Palacio. Allí vi lo que sería la foto del día, y debo decir que tuve mucha suerte, porque dos minutos después, los soldados que hacían guardia en la puerta, de manera muy solemne, terminaron su trabajo.
El tercero no era difícil. Podía volver a la Plaza de la Moneda o irme a otra de las plazas emblemáticas (tenía la suerte de estar en un hotel a 10 minutos de las dos…) así que opte por variar e irme a la Plaza de Armas. Resulta que es un lugar lleno de vida, de gente bailando, cantando, pintando, unos que pasean, otros que rezan. Realmente impactante. Para el tercer verso, vino al pelo una pareja bailando tangos, porque me acorde de la película “El baila de la Victoria”. Si no la habéis visto, no dudéis en verla. Lo de la Victoria, el baile y la liberación, todo ello en la Plaza de Armas, cuadraba bastante bien.
Para el cuarto verso pretendía buscar una estatua de Salvador Allende y localizar un punto de vista interesante. Sin embargo, en una reunión de trabajo de la mañana salio a relucir un antiguo centro de detención ilegal situado en la calle Londres, 38, exactamente al costado izquierdo de mi hotel. La cosa fue fácil: solo tuve que aprovechar 10 minutos para ir al lugar, en el que la memoria ha puesto los nombres de los torturados y asesinados en el suelo de la calle, para que nunca se olvide todo aquello. El lugar es tan impactante que creo que no tengo más que decir…
Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada