Antes de empezar, no penséis que voy a criticar algún fallo por su resultado... Pues no. No lo voy a hacer. Estoy seguro de que siete jurados diferentes, en cualquier concurso, producirían siete premios diferentes (con suerte, sólo seis)... Es lo que tiene esto de las fotos, que a cada uno le gusta un estilo, considera más la técnica que la idea, o al revés, o la composición, o tiene fobia al color, o... En resumen, que hace algún tiempo (no mucho, lo reconozco) decidí asumir todos los fallos sin discusión.
Lo que quiero destacar hoy es el estilo del fallo, y comentar el último en el que he estado, porque creo que está bien reconocer lo que está bien.
Básicamente podemos dividir los concursos en dos grandes grupos: los que tienen fallo público, y los que no. Los segundos siempre serán discutibles. No sabes si la foto ha estado cerca de la final o si "se la han tumbado" en la primera pasada. En resumen, no aportan mucho al fotógrafo y no dejan de ser una suerte de lotería. Uno de los concursos en los que he participado y que tienen este formato es el II Concurso Fotográfico por la Igualdad, organizado por el Ayuntamiento de Guadalajara. Para que os hagáis una idea, no sólo el fallo no es público, sino que ni siquiera se sabe cuando es... "Dicho fallo se hará público en Junio de 2009 a través de los medios de comunicación locales y se le comunicará de manera oficial a las personas ganadoras del concurso." Resultado: no tengo ni idea (oficial) de si alguna de mis fotos (el premio era a fotos sueltas) estuvo cerca de los premios.
Respecto a los primeros (los que tienen fallo público), la valoración tiene que ser por la cantidad y tipo de explicaciones que da el jurado. Y en esto es en lo que hay que valorar al jurado del 54º Concurso Nacional Abeja de Oro, fallado el pasado sábado 17 en Guadalajara (Julián Negredo Sánchez -ganador del año pasado-, J. Julián Ochoa Martínez y Jorge Salgado).
Se enfrentaban a 73 colecciones de 6 fotos cada una (438 fotos son muchas fotos...), y tras una primera pasada visualizando todas ellas, hicieron un filtro sin comentarios. Sólo 21 colecciones sobrevivieron. A partir de aquí, hay que destacar y agradecer la coherencia de los comentarios, las aclaraciones e incluso la explicación de sus desacuerdos, los debates por tratar de mantener cada uno su postura y convencer a los demás... Todo un lujo.
Mis fotos fueron de las elegidas en el primer corte, aunque no llegaron más allá (cayeron 12 en el siguiente). En todo caso, quiero agradecer los comentarios hechos (lo de mis fotos y los de las demás). Creo que el fallo fue una buena lección de fotografía.
Como no todos los fallos son así, es de justicia reconocer el trabajo bien hecho.